miércoles, 5 de mayo de 2010

La carretera (The road) - John Hillcoat

Antes que la película fue el libro, uno de los más duros que he leído junto a "Un mundo feliz" de Huxley o "Farenheit 471" de Bradbury, por poner algunos ejemplos. El libro se titula igual que la película, y su autor es Cormac McCarthy (premio Pulitzer por este libro, y autor, entre otros, del conocido "No es país para viejos").

"El hombre es un lobo para el hombre" decía Plauto hace más de 2000 años, y creo que no se equivocaba. Verdaderamente esta afirmación, que recuerdo cada vez que leo alguno de estos libros, es la que me produce terror. Nada de monstruos ni de fantasmas, si a algo le temo es al mismo hombre. Y aún así siempre busco la cara amable, un resquicio de esperanza, cualquier muestra de que no todo está perdido, que el mundo apocalíptico (en cualquier sentido, no sólo en el del "fin del mundo") que está por llegar y que se nos presenta tan crudamente en estas historias, siempre es postergado por las buenas acciones del hombre. 

Esperaba con ansia ver esta película, no sólo por comprobar si el director había sido lo suficientemente fiel al libro, sino también por la participación de Viggo Mortensen y la banda sonora de Nick Cave (los papeles de Robert Duvall, Guy Pearce y Charlice Theron son muy breves).Quería saber qué tal había quedado el conjunto, si lo que yo imaginé leyendo el libro también lo había imaginado el director, y la verdad es que no me defraudó.

En un mundo post-apocalíptico, un hombre y su hijo caminan por una carretera en busca de la costa para encontrar un lugar donde vivir. El agua está contaminada, los árboles muertos, no hay animales, y los hombres que no han sucumbido al caos son caníbales o están locos. No hay lugar para la cordura ¿o si? Viggo y su hijo son la humanidad que nos queda, son el resto de la familia, del amor. Su instinto de supervivencia se ha desarrollado ante el caos que les rodea, pero no dejan de lado los rasgos que les hacen verdaderamente humanos. 
Esta es una historia fantástica del amor de un padre hacia su hijo, y de todo lo que tiene que hacer para salvarlo. No se si queda algo para la esperanza, pero yo quiero pensar que si, quizá es que siempre he sido optimista, quizá es que el horror es inimaginable.