jueves, 28 de octubre de 2010

Sin cambios

Había decidido acabar con el blog; lo llevaba rumiando un tiempo en silencio, sin comentarlo con nadie, porque realmente pensaba que no me satisfacía lo que aquí estaba haciendo, un chorro de cosas muchas veces sin sentido, comentarios de películas, vídeos, historias sin terminar... En fin, un batiburrillo prescindible y que me ahorraría la que entendía como obligación de publicar de vez en cuando para que no cayera en el abismo.
Lo había pensado y lo tenía casi decidido, hasta que me puse a repasar todo el blog, desde sus orígenes (cuando éramos sólo tres o cuatro amigos "físicos" los que comentábamos las fiestecillas que nos pegábamos) hasta ahora, y al final he decidido que no lo iba a borrar porque este blog define cómo soy yo realmente, sin trampa ni cartón: una mezcla nada ortodoxa de ideas, de gustos, de pensamientos y tonterías, un caos como mi vida, un poco de sin sentido, una aprendiz de todo pero maestra de nada, un montón de ideas que no llegan a explotar.
Y no lo digo amargamente, ni mucho menos, ni quiero que nadie venga a decirme  ¡que va!, que  esto es maravilloso, porque ya lo digo yo: es maravilloso desde el momento que he comprendido que me identifica realmente tal y como soy en mi vida "física", con mis altos y mis bajos, mis perezas y mis trabajos, mi alegría y algunas veces mi tristeza (pero pocas, ¿eh?), en fin, con todo lo que soy.
Ahora sólo me falta proyectar aquí todo lo que quiero ser, para hacerlo también en realidad, aunque eso lleve consigo entradas sin ton ni son, hablar de una cosa y luego de otra, no tener una "línea editorial" que me refleje porque todavía no la he encontrado. Quizá sea ya el momento, quizá no. ¿No dicen eso de que nunca es tarde? Seguiré buscando y mientras iré llenando esto de mis cosas, para luego releer y comprenderme un poquito mejor. Una terapia que no me va a costar muchos "cuartos", jejeje.

miércoles, 13 de octubre de 2010

No lamento nada

Se acabó el sueño. Pensé que podría ser libre, mi propia jefa, matarme a trabajar para mí, no para otros, hacer lo que me gustaba, trabajar mucho por placer… Y si, he trabajado mucho, y siempre por placer, porque lo que es por dinero, jejeje, va a ser que no.

Así que este mes dejo el negocio que me ha llevado tres años intentar levantar (hay que joderse la mala suerte o la mala idea de montar un negocio unos meses antes de que se declarara “LA CRISIS”), y lo peor del caso es que va a ser una liberación. Se acabarán las noches en vela pensando cómo vamos a pagar tal factura, si este año me van a pedir aval para comprar los libros, si vamos a encontrar el dinero para pagar los autónomos... Por primera vez un sueño roto me va a permitir recuperar el sueño, tremenda ironía.

Y me da mucha pena, me duele que no haya salido bien, pero nadie me garantizó que el esfuerzo siempre tenga recompensa, y de eso pueden dar fe la multitud de autónomos que han tenido que cerrar sus negocios.
A partir de ahora mi relación con los libros será la que tenía antes: leerlos, amarlos u odiarlos y guardarlos en casa. No es una mala relación, estoy segura de que me van a dar menos quebraderos de cabeza.

Y ahora, repasando las vivencias obtenidas (que no ganancias, juas), he dejado a un lado la sensación de frustración y me voy contenta por haberlo intentado. No pudo ser, pero pudo haber sido, para mi es mejor tener una certeza que la duda rondando por mi cabeza toda la vida. 

Casi seguro que en breve tendré trabajo nuevo, mucho mejor de lo que esperaba, así que, teniendo en cuenta los tiempos que corren, soy una mujer con fortuna (aunque eso ya lo sabía, atesoro buenos amigos y un amor, y eso no se paga con dinero). Gracias a todos por estar ahí.

Cerramos la puerta. Abrimos otra. Estoy deseando ver lo que hay detrás. Estoy impaciente, muy impaciente.
Dios, qué impaciente estoy, jajajaja.