martes, 13 de abril de 2010

El fotógrafo del pánico (Peeping Tom)

¿Nos gusta mirar? ¿Tenemos dentro de nosotros un poco de "voyeurs"? ¿Consideráis que el sentarse en una butaca de un cine es deseo de mirar, de conocer las cosas que les pasan a otros?

Decía el crítico Roger Ebert que  "el cine nos convierte en voyeurs. Nos sentamos en la oscuridad, observando la vida de otros. Es en estos términos en que el cine se entiende con nosotros, aunque la mayoría de las películas son demasiado bienintencionadas como para mencionarlo".

Yo coincido con la apreciación de Ebert, y si creo que todos tenemos algo de "voyeurs", de mirones, de "peeping Tom". Quizá por eso triunfan en la tele programas de tele-realidad como Gran Hermano, o Supervivientes, por la facilidad con que nos proporcionan la satisfacción de ese deseo de mirar sin ser vistos, de juzgar sin ser juzgados, de saber sin mostrar nada de nosotros. El cine también se ha ocupado de este aspecto en muchas películas, como "la ventana indiscreta" de Hitchcock, "acosada" (muy mala, pero que también trata el tema) o en España "tesis" de Amenábar, por poner varios ejemplos. 

Toda esta introducción viene al caso de la película que quiero comentar, y que el 7 de abril "celebró" su cincuenta aniversario: EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO (uno de los pocos títulos que en español me gustan más que en su idioma original). El otro día vi en "días de cine" que esta gran película cumplía años, y pensé en que merecía celebrarlo.

El argumento: Un niño atormentado por su padre, que grababa con el experimentos para conocer la reacción infantil ante el miedo (el papel de protagonista de niño y del padre científico lo interpretan el mismo director -Michael Powel- y su propio hijo), que ya de adulto queda totalmente marcado por esas experiencias infantiles y experimenta el deseo de matar. Pero no solo de matar, sino de grabar con su cámara las reacciones de las mujeres a las que mata, en los segundos antes de hacerlo y mientras lo hace, el terror que experimentan. Encuentra placer viendo esos asesinatos grabados, casi más que mientras los realiza, porque, además de asesino, es un "mirón". 

¿Qué pensáis vosotros? ¿Alguna vez habéis tenido en vuestras manos unos prismáticos y los habéis dirigido hacia las ventanas del edificio de enfrente? ¿Os regalaron un telescopio que en lugar de apuntar hacia las estrellas mira hacia el balcón de vuestros vecinos?